Por Guillermo Bernal Franco
Cuando se lucha por la democrácia se debe respetar la voluntad popular, sin ningún tipo de presión que altere el sentir de los ciudadanos. Los discursos de AMLO, tienen un alto contenido de resentimiento que no puede ocultar resultado de las pasadas elecciones presidenciales de 2006.
El concepto equivocado de AMLO de que seré presidente o nadie más, refleja inestabilidad emocional con graves problemas de personalidad que se manifiestan en los discursos pronunciados en su recorrido por la República. No ha sido de buen gusto para los electores los argumentos de AMLO, de que él no es ratero cuando nadie se lo pregunta. La situación es que el periódico el Universal dió a conocer el paso de charola para que algunos empresarios aporten recursos para la campaña de AMLO.
Claro que AMLO, ha expresado que no sabía nada al respecto, situación que no lo libera de su resonsabilidad, y más cuando las grabaciones citan a personajes conocidos por AMLO.
Los electores tendrán la responsabilidad de votar por quien más les convenga, pero no se vale que quienes se dan baños de pureza se vean involucrados en asuntos poco democráticos y de un cinismo insultante.
Es critible que AMLO, se valga del insulto, la agresión verbal para querer vencer a uno de los presidenciables que además de ser puntero en las encuestas, tiene una gran simpatía en todo México.
Ni los llenos en la plaza de la Constitución por simpatizantes de AMLO, ni los 132, que son minoría cambiarán los resultados el próximo 1 de julio, en que los priístas harán ganar al PRI, y a su candidato EPN, será la fiesta de los mexicanos comprometidos con México.